Soy un jardinero amante del arte, un paisajista que disfruta pintando con plantas los espacios interiores y exteriores de nuestras casas. Desde que era un niño gozo y me olvido del tiempo observando y cultivando estos seres vivos que nos rodean.
Juntar el mundo de la botánica y del arte es una manera de aunar dos pasiones que me gusta transmitir. De esta forma, he desarrollado mi vocación como investigador botánico en obras de arte.
He colaborado con instituciones como el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Lázaro Galdiano o el Museo de Bellas Artes de Bilbao, así como para colecciones extranjeras. También he impartido conferencias y publicado artículos de investigación en catálogos de cada una de ellas.
Disfruto abriendo la mirada a personas a cómo se desarrolla una planta en el jardín, o a cómo un pintor ha hecho brotar a pinceladas una flor. Para mí son dos caras de un mismo lienzo, unidas por el lenguaje de la naturaleza y de la observación.
Como investigador botánico en obras de arte, me encanta aprender cada día de los grandes maestros, de su forma de mirar la naturaleza.
Como jardinero, es maravilloso transformar un terreno baldío en un vergel pleno de verdes, y hacer crecer colores que inunden todos nuestros sentidos.
Porque, ¿qué sería de nosotros sin plantas y sin arte?